viernes, 17 de abril de 2009

TESTIMONIO DE PARTE

Corría el mes de marzo del 1997, cuando tuve la oportunidad de asistir al Primer Congreso de Educación y Creatividad en la UPC, en este Congreso percibí en toda su magnitud lo denso y provocador de estas ideas, supe de autores y de conceptos y me invadió el deseo de participar de una u otra manera en esta ola de renovación que se mezclaba con los conceptos de liderazgo empresarial y calidad total que llegaban por esos años, igualmente recuerdo los atisbos de calidad total y el New Age en todas sus variantes. Yo un profesional con múltiples experiencias en diversos niveles de educación, con una naturaleza libérrima por antonomasia. Indudablemente no me adaptaba a la corriente general. Esto me había llevado a perfeccionarme en diversas áreas del conocimiento humanístico como el de probarme en diversas facetas que tuvieran que ver con la expresión corporal, holística, global y el perfeccionamiento espiritual. El año 99, me llevó a prepararme con esmero en un Diplomado en el tecnológico de Monterrey, en la mención de Habilidades Docentes. Nuevamente me reencontré con los conocimientos, ya digeridos años atrás, tuve la oportunidad de conocerme con algunas personas con las que sintonizaba académicamente como espiritualmente. Pensé que era el momento de coincidir con diversa tónica en un proyecto que venía pergeñando desde ese un poco lejano marzo del 97. Pero, sin embargo la vida me tenía preparado una de las pruebas más difíciles. Afrontar el pasado, por primera vez, y como producto de esto, entender los desfases, temores y angustias del presente. ¿Se me podría, a estas alturas de mi confidencia, acusarme de no adaptado y cuestionarme como tal? Sinceramente, he descubierto a partir de este desvalance vital en mi existencia los móviles particulares que me proyectan al futuro. Tuve que cuestionarme y preguntarme con suma agudeza sobre mi propósito en la vida. Las respuestas ha ido surgiendo, en la medida que develé la madeja que mi recorrido en la existencia había tejido. Supe más de mis proyectos y al saber mas de mí, supe más de la humanidad, descubrí finalmente al “Dios” de mi entendimiento una nueva familia, a la cual me aferré mucho más cuando me di cuenta que estaba preparado para afrontar con honestidad mi propio discurrir y mi propia conciencia individual y la de mi circunstancial vivencia. De ahí mi agradecimiento personal y sincero a los hermanos de AL-NON, mi segunda familia, a los Hermanos de la Asociación Ferdinand de la Ferrier por su enseñanzas en la formación psicofisica y una mención especial a Rosita Rubio mi mentora en las Artes del TAI CHI CHI KUNG. Qué complejo y a la vez “fácil”, puede resultar esto y aquello. ¿Pero no es acaso, el deseo meditado, provocado o fortuito de nuestra naturaleza y su posterior develamiento, la que finalmente nos brinde la luz y el entendimiento? Solo así, y de cara a la comprensión de lo breve que es la existencia, se pueden entender estas líneas. He ahí, lo medular de este mensaje, lo vital y valioso que puede significar asumir, que uno de los principales obstáculos para salir a flote y finalmente a la luz, es sobreponerse a la oscuridad del temor, el cual debemos desterrar. Y no es a la vez, sorprendente, azorarnos ante el resplandor que solo al enfrentarnos con nuestro pasado podremos superar esta encrucijada.
Esta vez he recorrido otra nueva ruta en el tiempo. Febrero de 2008 fue el inicio, abril del 2009 me encuentra nuevamente con un deseo vital de terminar de recorrer el camino que delineé años atrás. Este taller es un motivo y a la vez consecuencia a una pregunta permanente. Les agradezco su presencia y el deseo de compartir conmigo y con otras personas sus anhelos, sus fortalezas, sus debilidades y sus deseos de aprender juntos algo más de ustedes mismos. Gracias.


Pedro E. Perales G.

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